Capítulo 107
La empleada parecía querer decir algo más, pero al girarse lo vio parado en lo alto de la escalera.
Tenía el cabello mojado y se quedó ahí, sin mediar palabra.
La empleada cerró la boca de inmediato. Como si supiera que había hablado de más, se dio la vuelta y se fue a ocuparse de otras cosas.
Lorena subió corriendo las escaleras con la leche caliente en las manos. Al verlo, notó que aún tenía gotas de agua en el cuerpo, e incluso el cabello le chorreaba.
—Jefe Pedro, así se va a resfriar.
Pedro se dio la vuelta. Caminaba muy despacio y, al llegar a la puerta del dormitorio, apoyó la mano en el marco para sostenerse.
Lorena dejó rápidamente la leche sobre la mesa del cuarto y volvió para ayudarlo.
Pedro se dejó guiar, y así entraron juntos a la habitación.
Justo cuando él estaba por llevarse la taza de leche a los labios, el celular de Lorena comenzó a sonar. Era Yago.
Desde que salió de Grupo Fortaleza, Yago no había estado tranquilo. Sentía que el tío Pedro había tenido una actitud e

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