Capítulo 388

Violet sujetó el papel en su mano, cuestionándose si Carson había estado allí antes. No obstante, al escudriñar su entorno, se percató de que no había ni una sola alma a su alrededor... Entonces, se vio obligada a ingresar a la casa con un sentimiento de desilusión. Por la noche, después de la cena, justo cuando Violet estaba a punto de irse a la cama para liberar su frustración jugando, resonó el timbre. En efecto, al abrir la puerta, se encontró con la sonriente cara de Carson. Intentó cerrarla rápidamente, pero su cuerpo se lo impidió. Él soltó una risa, y ella no pudo evitar regañarle una vez más. Carson escuchó la reprimenda de la chica y observó su expresión, posiblemente debido a su enfado, el rostro de ella había adquirido un leve tono rojizo. Sus miradas se cruzaron, y parecía que él no había escuchado sus palabras en lo más mínimo. Esta actitud aumentó la irritación de Violet, quien ya se encontraba considerablemente enojada. "Carson, ¡¿escuchaste lo que te dije?!". Violet lanzó un rugido de frustración y descargó su enojo golpeando a Carson con el puño. "¿Qué dices?". Carson se encontraba ensimismado en sus pensamientos. Solo cuando ella le propinó un golpe, pudo volver a la realidad y preguntar qué era lo que acababa de decir. "Carson, tú...". Violet estaba frustrada. Exhaló con agobio y se volvió para marcharse. Al notar que Violet estaba a punto de cerrar la puerta, él percibió que esta vez su enojo era genuino. Con rapidez, tomó su mano y le propuso: "Violet, ¿no quieres que entre y te visite?". "¿Visitarme?". Violet exhaló con exasperación, casi cerrando la puerta de nuevo... Carson llegó a su límite y exclamó: "Mujer, ¿por qué eres tan poco razonable?". Cuando Violet oyó eso, de inmediato suspendió lo que estaba haciendo y preguntó: "Oye, ¿qué acabas de decir? ¿Quién es la que carece de razón?". Carson encogió sus hombros y la señaló con el dedo. "¿Hay alguien más aquí aparte de ti?". De inmediato, los ojos de Violet se humedecieron. Tras un breve instante, lágrimas rodaron por sus mejillas como perlas liberadas de un hilo roto. "Oye, ¿por qué estás llorando?". Desde la perspectiva de Carson, Violet siempre se había mostrado como una joven resistente y optimista. No importaba la magnitud de la aflicción, ella mantenía su llanto a raya. En el peor de los casos, recurría a los golpes como forma de desahogarse. Sin embargo, en ese instante, cuando él observó las lágrimas en los ojos de la chica... ¡Solo en ese momento, Carson cobró plena conciencia de que la situación era mucho más seria de lo que había imaginado! "No llores, por favor... ¿Por qué no me das unos cuantos golpes más para sacar tu rabia? No sé cómo reaccionar cuando lloras". Él intentó secar las lágrimas de Violet, pero mientras lo hacía, ella parecía derramar aún más. Violet no sabía qué le pasaba ese día. Cuando notó a Carson y a Stella sentados juntos, de repente experimentó una sensación que nunca antes había sentido. ¿Acaso Carson creía que ella era demasiado brusca y, por eso, no la encontraba atractiva? ¿O tal vez siempre había tenido predilección por chicas como Stella? ¿Por qué esos extraños celos apretaban su corazón y la hacían temer por algo que estaba a punto de perder? Era algo que ni siquiera era suyo, pero estaba a un pelo de esfumarse... "Violet, por favor, no llores, ¿vale? Esto es culpa mía". Carson observó a Violet, quien se enjugaba las lágrimas, y su corazón empezó a agitarse. La cosa era que... Él sentía algo por ella... Pero, ¿por qué experimentaba tanta tristeza al verla llorar de esa manera? "Carson, eres un mujeriego. No solo estás coqueteando conmigo, sino que también estás flirteando con mi mejor amiga, Stella. Dime, ¿cuántas otras chicas están en la misma situación?". El temperamento de Violet estalló, y ya no pudo contenerse más. Cuando Carson escuchó a Violet, de pronto le quedó algo claro: "Entonces, ¿ya conoces a Stella?". "¡Y tú qué crees! ¡Eres un donjuán! ¡Un seductor!". Violet lloraba mientras le propinaba otro porrazo al cretino. Carson, a quien no le importó el golpe, contempló el bello rostro de la chica, y dio un repentino paso al frente. De golpe, el cuerpo de ella fue rápidamente envuelto en un firme abrazo... Sus palabras restantes se disolvieron en un beso cariñoso... La fría lengua de Carson se deslizó en su boca, ávida de apropiarse de su aliento y de explorar cada rincón en ella. El súbito gesto los hizo perder la noción de todo su entorno por un momento. Violet miró a Carson mientras él la besaba. El hombre parecía ajeno a su mirada, pero en ese instante, el beso se tornó más apasionado. Carson tiró hacia atrás a Violet, y su expresión parecía algo forzada. Ella ni siquiera chistó, sino que permaneció donde estaba, aturdida. "Yo...". Carson trató de explicar algo, pero su habla se trabó en su garganta, dejándolo sin saber qué decir. Como resultado, sus acciones tomaron el lugar de sus palabras. Entonces, secó las lágrimas en las mejillas de Violet, quien parpadeó y lo observó, sin hablar, mientras parecía estar rememorando el beso que habían compartido apenas un segundo atrás.