Capítulo 65

—Primero verifica si está muerto. Elena, obedeciendo, colocó cuidadosamente su mano cerca de la nariz del hombre para sentir su respiración. Un leve aliento le indicó que aún estaba vivo. —No está muerto... —Encuentra la forma de ayudarlo, detén la hemorragia. La voz de Sergio era serena, sin mostrar emoción, un contraste marcado con el pánico de Elena. Era racional y firme. Como un faro en la noche, guiando a Elena. La voz de Elena temblaba, pero de alguna manera encontró la fuerza para responder con determinación. —No quiero. —¿Qué sucede? —¡Él debería morir! El recuerdo de lo que el hombre había intentado hacer le provocaba náuseas, y Elena podía imaginar cuántas otras chicas habrían sufrido por culpa de él. Un hombre así no merecía vivir. ¡Él debería morir! —No importa si debería morir o no, si muere, podrías enfrentarte a cargos por asesinato, ¿realmente quieres eso? La voz fría de Sergio devolvió algo de racionalidad a Elena. Aun así, ella mordía su labio, tardando en responder.