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autor: Webfic

Capítulo 11

A decir verdad, Zara estaba tan aturdida con la situación que lo quedó mirando tontamente con la boca abierta y, de hecho, sabía que, si ella se negaba a ir a la empresa, Isaac comenzaría a hacer muchas preguntas, provocando que todo sea aún más difícil; así que, tras pensarlo bien, ella decidió estar de acuerdo con su propuesta. Luego de tomar esa decisión, Zara asintió con la cabeza y le dijo suavemente: "Está bien, lo haré".  Después escuchar ello, Isaac sonrió cariñosamente y, tras entregarle el archivo que debían firmar, le dijo: "Bien, tómalo, aquí está. Vuelve pronto, almorzaremos juntos".  Luego de escuchar sus palabras, Zara esbozó una gran sonrisa, asintió firmemente con la cabeza, tomó el archivo y salió inmediatamente de la empresa.   Tras media hora de camino, Zara finalmente llegó a las oficinas de Apex Groups y, de hecho, como esa era la primera vez que estaba ahí, se quedó totalmente sorprendida al mirar el hermoso rascacielos frente a ella; incluso, no podía creer la grandeza de ese edificio y, sobre todo, que el presidente de esa empresa fuera nada más y nada menos que su esposo. En realidad, Zara sabía perfectamente que, si tuvieran una verdadera relación de esposos, ella se sentiría realmente orgullosa y estaría alardeando por ser esposa del presidente; sin embargo, ese no fue su caso, pues su matrimonio era solo de dos años y, durante ese tiempo, ella no podía revelar que estaba casada con él.  Justamente cuando pensó en él, Zara finalmente recuperó sus sentidos y recordó la razón por la que fue hasta esa empresa; no obstante, la sola idea de encontrarse con Nicholas, hizo que su corazón se acelerara inmediatamente.  Con el fin de hacerlo lo mejor posible, Zara respiró hondo unos segundos, empujó la pesada puerta de vidrio y se dirigió inmediatamente a la recepción; luego, con una delicada sonrisa en el rostro, preguntó amigablemente: "Hola, vengo de Cliffax para firmar un contrato. Necesito ver al presidente Grantham".  Tras escuchar ello, la recepcionista también le sonrió amistosamente y, con la mirada fija en ella, le respondió: "Por favor, vaya al último piso. La secretaria del presidente estará allí y programará su cita con él". "Muchas gracias", dijo Zara con una cordial sonrisa en su rostro; luego, se volvió para mirar a su alrededor y, tras ver el ascensor cerca, caminó inmediatamente hacia él.  Después de subir al ascensor y siguiendo las indicaciones de la recepcionista, Zara presionó el botón del piso 50 y esperó pacientemente a que la puerta se cerrara; luego, unos minutos más tarde, el ascensor por fin se detuvo en el último piso. En realidad, como la temperatura de ese piso era bastante baja, Zara sintió frío ni bien salió del ascensor; sin embargo, no podía negar que, debido a que las paredes eran de vidrio, la vista en aquel piso era realmente magnifica, en especial, porque se podía ver toda la ciudad Bey.   Inclusive, Zara no pudo evitar acercarse lentamente a la pared y mirar atentamente hacia abajo y, de hecho, en ese momento, una agradable sonrisa apareció en su rostro. "Señora Grantham, está aquí", dijo inesperadamente una voz muy cerca de ella; sin embargo, al escuchar ello, Zara quedó sumamente confundida y giró apresuradamente al lugar de donde la escuchó.  En el momento en que volteó, Zara vio al hombre que llevó a Nicholas a la villa esa noche cuando se emborrachó y, de hecho, muy confundida por la situación, ella solo se preguntó nerviosamente quién era y cómo sabía de su verdadera identidad.  Por su parte, tras ver su expresión sumamente sorprendida, Benjamín supuso inmediatamente que era lo que estaba pensando; así que, sonriendo ligeramente, le tendió cordialmente la mano y le dijo: "Lo siento, no me presenté esa noche. Yo soy Benjamín, el asistente personal del presidente Grantham".   Al escuchar que él era el asistente de Nicholas, Zara suspiró de alivio, esbozó educadamente una sonrisa y, estrechándole la mano con total amabilidad, lo saludó: "Hola, Benjamín". Después de un breve saludo, Benjamín soltó su mano y preguntó con curiosidad: "¿Está buscando al señor Grantham? ¿Tiene algo que decirle?". "Uh… sí", exclamó Zara un poco nerviosa; luego, sonriendo torpemente, continuó: "Estoy aquí como representante de Cliffax, el director ejecutivo me envió para la firma del contrato". "Oh ya veo", dijo Benjamín suavemente y, de hecho, fue solo en ese momento que recordó que el mejor amigo de Nicholas, Isaac White, había llegado a Bey para expandir su negocio familiar.  Incluso, supo con antelación sobre la colaboración que realizarían juntos; sin embargo, nunca se imaginó que la señora Grantham trabajara en Cliffax.  Después de escuchar su razón, Benjamín asintió levemente y, le dijo: "El señor Grantham está en una reunión importante, pero puede esperar en su oficina. No se preocupe, él estará allí lo antes posible". "Muchas gracias", dijo Zara antes de empezar a seguir a Benjamín, quien la dirigió cuidadosamente hasta la oficina del presidente.  Tras llegar a su destino, Zara abrió cuidadosamente la pesada puerta de madera y, cuando entró, vio la enorme oficina pintada de gris; sin embargo, sus ojos se centraron rápidamente en la silla de cuero negro detrás de una mesa de caoba. De hecho, no podía negar que su asiento también trasmitía una aura fría y distante, como la de él; incluso, también notó que, dentro de toda esa enorme oficina, no había ningún objeto decorativo, haciendo que se viera demasiado aburrido.  Luego de analizar rápidamente todo el lugar, Zara suspiró indiferentemente y, se sentó cuidadosamente en un enorme sofá; sin embargo, justo cuando tomó asiento, la puerta contigua al escritorio se abrió repentinamente y, salió una hermosa mujer diciendo: "Cariño, volviste. Te he esperado durante tanto..." De hecho, al ver a esa mujer, Zara se quedó muy sorprendida, se paró inmediatamente y, la quedó mirando fijamente; inclusive, fue en ese momento que ella la reconoció, pues era nada más y nada menos que, Sophie, una actriz muy famosa. En realidad, fue entonces que recordó que Nicholas había sido visto con ella innumerables veces y, sobretodo, que ella era la mujer con la que estaba saliendo recientemente; sin embargo, pensar en eso, hizo que Zara estuviera aún más aturdida y que sintiera un estremecimiento por todo su cuerpo.  Mientras tanto, Sophie también se quedó helada al verla, pues, cuando escuchó la puerta abrirse, ella pensó inmediatamente que Nicholas había regresado de su reunión; sin embargo, no esperaba que estuviera una persona tan desagradable para ella. Luego, con una expresión intimidante y de manera arrogante, le preguntó seriamente: "¿Quién eres tú?".  En ese preciso instante, como la reunión de Nicholas ya había terminado, él no dudó en salir inmediatamente de la sala de conferencias; mientras que, ni bien salió, Benjamín se acercó a su jefe y le comunicó con total amabilidad: "Jefe, la señora Grantham ha venido a verlo".  Cuando escuchó eso, Nicholas frunció profundamente el ceño, lo miró fríamente y, exclamó con fiereza: "¿Qué? ¿Quién?". A decir verdad, Benjamín quedó realmente asustado cuando vio la penetrante mirada de su jefe; así que, se aclaró rápidamente la garganta y cambió su explicación: "Quiero decir, la señorita Morris lo está esperando".  En realidad, cuando supo que esa mujer estaba en la empresa, Nicholas apretó los dientes con fuerza y preguntó firmemente: "¿Por qué está ella aquí?".  De hecho, Nicholas pensaba que esa mujer solo quería darle problemas; así que, lamentó mucho no haberle prohibido su ingreso a la empresa.  Mientras que, al verlo un poco fastidiado, Benjamín le explicó inmediatamente: "Ella vino a firmar el contrato de Cliffax".  Tras escuchar eso, Nicholas frunció el ceño profundamente, miró a Benjamín con total incredulidad y, de hecho, no podía creer que ni siquiera tuvo el interés de preguntarle a Zara en donde trabajaba; luego, frotándose ligeramente la frente, le preguntó: "¿Dónde está ella?".  "Ella lo está esperando en su oficina", respondió inmediatamente Benjamín con una gran sonrisa en el rostro; mientras que, cuando Nicholas escuchó ello, él estuvo a punto de perder los estribos y solo lo quedó mirando furiosamente. Al ver su actitud tan impaciente, la sonrisa de Benjamín desapareció de inmediato y, solo entonces recordó que Sophie Stone también estaba esperando a su jefe en su oficina.  En ese momento, Benjamín no podía creer la estupidez que había hecho y, entendía perfectamente si su jefe decidía despedirlo inmediatamente; sobre todo, porque ni el mismo entendía cómo fue capaz de enviar a la esposa de su jefe, al mismo lugar donde lo estaba esperando su amante.  A decir verdad, en ese preciso momento, Nicholas tenía tantas ganas de golpear a su asistente por lo que había ocasionado; sin embargo, lo único que quería hacer, era llegar lo antes posible a su oficina. Es más, no entendía por qué, pero se sentía realmente incómodo cuando pensaba que Zara podía encontrarse con una de las mujeres con la que salió; así que, no dudó en ir apresuradamente hasta su oficina. Mientras tanto, dentro de la oficina, Zara tardó unos segundos en volver en sí; de hecho, estaba tan ansiosa y con el cuerpo temblando que, respondió tartamudeando muy nerviosa: "Yo…eh… yo vine a firmar un contrato. Pero, siento haberla molestado… vendré más tarde". Tras decir ello, Zara recogió inmediatamente el archivo que dejó caer en el sofá y, quiso salir a toda prisa de la oficina; sin embargo, justo cuando estaba a punto de extender su mano para abrir la puerta, alguien abrió rápidamente desde afuera y, una figura alta y familiar entró de inmediato.  De hecho, Zara dio involuntariamente unos pasos hacia atrás al verlo ingresar, y solo se quedó mirándolo boquiabierta; mientras que, Nicholas también la observó con una mirada de desagrado. Al notar su expresión de fastidio, Zara pensó inmediatamente que estaba enojado con ella, así que intentó encontrar las palabras para disculparse; sin embargo, justo cuando estaba a punto de hablar, Sophie se arrojó sobre él y, tras rodear sus brazos sobre su cuello, le dijo coquetamente: "Cariño, te extrañé. ¿Por qué tardaste tanto?". Benjamin, que siguió a Nicholas a toda prisa, se sintió incómodo al ver la escena frente a él; así que, se dio la vuelta rápidamente y, tras cerrar la puerta, se fue a toda prisa.  Mientras tanto, al ver ello, Zara inmediatamente bajó la cabeza, miró hacia el suelo y apretó los labios con fuerza; incluso, estaba tan nerviosa que, agarró fuertemente el archivo que tenía en sus manos.  Por su parte, mirando fijamente a Zara, Nicholas apartó las manos de Sophie y, le dijo seriamente: "Viniste sin informarme y yo aún tengo mucho trabajo que hacer; así que, tienes que esperarme un poco más. Bueno, sal y espérame, yo debo arreglar algunas cosas".  Luego de escuchar sus palabras, Sophie se sintió un poco infeliz y, no podía creer que le dijera tal cosa después de que lo había esperado por más de una hora; sin embargo, al ver a Zara frente a ellos, no dudó en culparla por su decisión, así que la miró con completo desdén y llena de indiferencia. De hecho, Sophie pensó inmediatamente que, si Zara no hubiera estado en la oficina, Nicholas hubiera pasado mayor tiempo con ella; pero ahora, él solo le pidió que lo esperara A decir verdad, la mujer estaba tan molesta por esa situación que, quería botar a Zara de la oficina; sin embargo, sabía que no debía actuar imprudentemente frente a Nicholas. Así que, solo sonrió coquetamente y, tras agarrarlo del brazo, le dijo: "Nicholas, sabes que me fui al extranjero a grabar; pero, te extrañé tanto que, ni bien aterricé, vine a verte inmediatamente. Dime, ¿tú no me extrañaste?".  Luego de escuchar ello, Nicholas sonrió delicadamente y, acariciándole la mejilla, le dijo: "Por favor, sé buena y espérame un rato. Iremos a almorzar cuando termine, ¿de acuerdo?". Mientras tanto, Zara quería desaparecer inmediatamente de ahí; pues, no solo se le hacía cada vez más insoportable escuchar las palabras sobre su cita, sino que también sentía que sus orejas le ardían profundamente.  Luego, tras reunir el mayor valor posible para hablar, le dijo: "Lo siento, presidente Grantham. Creo que no debería haber ingresado sin su permiso; así que, voy a salir, llámeme cuando este desocupado". A decir verdad, Zara se mantuvo con la cabeza gacha mientras le dijo eso, y solo empezó a caminar apresuradamente para salir; sin embargo, se quedó totalmente quieta cuando escuchó el tono serio en las palabras hombre: "Espera… ¿acaso te pedí que salieras?". Cuando escuchó su voz, Zara sintió un fuerte escalofrío por todo su cuerpo y, estuvo realmente incómoda con la situación. De hecho, justo en ese momento, Zara notó claramente que Nicholas le hablaba Sophie en un tono suave y delicado; sin embargo, cuando se dirigía a ella, no había ninguna dulzura en su voz, y solo la trataba con total frialdad. Al pensar en ello, Zara sintió un fuerte dolor en su corazón y, de hecho, no podía creer que estuviera esperando que Nicholas las tratara con ternura; sobre todo, porque sabía muy bien que, aunque fuera su esposa, ella no tenía ningún lugar en su corazón. Luego, apretando con fuerza el archivo que tenía en sus manos, Zara intentó reprimir todos sus sentimientos.  Mientras tanto, al escuchar ello, Sophie solo apretó los dientes y, sintió que era bueno que Zara quisiera irse por su cuenta; sin embargo, no entendió porque Nicholas la detenía tan repentinamente.  Luego, sin poder comprender lo qué pasaba, Sophie hizo un puchero y le dijo cariñosamente: "Nicholas, bebé, dile que venga más tarde. Mejor vamos a almorzar, me estoy muriendo de hambre". "No seas así, por favor", le dijo Nicholas volviendo a su tono dulce y cariñoso; luego, mirando delicadamente a Sophie, continuó: "Necesito ocuparme de un asunto muy importante. Espérame un momento, no tomará mucho tiempo". "Bueno, está bien", accedió la mujer a regañadientes; sin embrago, antes de retirarse, exigió algo que dejó a Zara realmente pálida y, le dijo: "Te escucharé, pero debes besarme primero".  Cuando escuchó ello, Zara levantó inmediatamente su cabeza y los quedó mirando con total incredulidad; inclusive, sintió que el aire le faltaba y no podía respirar con tranquilidad.  A decir verdad, Zara estaba muy aturdida y, no sabía claramente si Nicholas cumpliría ese pedido delante de ella; sin embargo, el solo pensar en ello, Zara sintió una fuerte punzada en su corazón y miró esa escena con total asombro.  Por su parte, Nicholas bajó la cabeza y besó a Sophie apasionadamente; aunque, su mirada siempre estuvo puesta en Zara, pues quería observar detalladamente todas sus reacciones. 

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