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autor: Webfic

Capítulo 8

Al ver que era el turno de su amiga, Jude le tocó ligeramente el hombro y, con una mirada compasiva, le dijo: "Zara, buena suerte". Mientras que, tras ver la actitud de su amiga, Zara se puso muy ansiosa, su corazón se aceleró inmediatamente y, comenzó a dudar de lo qué estaba pasando dentro de la oficina. A decir verdad, Zara esperaba que Jude le contara algo sobre la entrevista; sin embargo, como no le dio tiempo ni siquiera para hablar, ella no sabía si la entrevista fue realmente dura o, si el director fue muy estricto con la selección en este proceso.  Zara, que hasta ese momento no se había visto afectada, ahora estaba un poco nerviosa mientras se acercaba a la oficina; luego, después de tomar algunas respiraciones profundas, entró cuidadosamente. Tras ingresar, ella notó que el señor White estaba sentado en su asiento, con una expresión ilegible y, totalmente concentrado en la revisión de un archivo; por su parte, el hombre de traje negro también estaba sentado en una silla a su lado. Tras verlos ahí, Zara los miró fijamente y los saludó con total cortesía: "Buenas tardes, sr. White". Sin embargo, él ni siquiera levantó la cabeza y siguió mirando atentamente el archivo. Luego, mirando al hombre sentado junto a Isaac, le dijo: "Buenas tardes, señor". "Buenas tardes, señorita Morris. Por favor tome asiento", dijo el hombre de traje negro, mientras le hacía un gesto para que se sentara en la silla opuesta. Tras ver su gesto, Zara asintió delicadamente y se acercó lentamente a la silla; luego, justo cuando ella estaba a punto de sentarse, él volvió a hablar y le dijo: "Mi nombre es Joe Burns, pero puedes llamarme Joe". "Gracias, Joe", dijo la mujer con una sonrisa en el rostro y, finalmente se sentó en la silla. "Entonces, señorita Morris, ¿cuánto tiempo lleva trabajando aquí?", preguntó el hombre frente a ella, quien con esa pregunta comenzó la entrevista. "Este año, cumpliré tres años en esta empresa", respondió la mujer con total respeto; mientras que, tras escucharlas, Joe enarcó las cejas y, le dijo: "Oh, veo que llevas trabajando aquí bastante tiempo". "Sí, la verdad es que sí", afirmó la mujer inmediatamente y, tratando de mantenerse lo más calmada posible. "¿Por qué el sr. Cooper lo recomienda para este puesto entre tantos empleados? ¿Es porque está trabajando aquí durante tres largos años o hay alguna otra razón? ¿Está cerca de él? ¿Qué tipo de relación tiene con él?", inquirió repentinamente el hombre frente a ella. Mientras que, sin poder comprender exactamente las preguntas, Zara respondió con fiereza: "¿Perdón? ¿Qué fue lo que dijo?".  A decir verdad, el tono con en que le habló, hizo que Zara se sintiera realmente ofendida por esas preguntas; incluso, su expresión también cambió repentinamente y su ceño se frunció con fuerza. Luego, sin mostrarle una cortesía, le respondió: "Debería hacerle esta pregunta directamente a él. El señor Cooper podría responderlo mucho mejor que yo, ¿no lo cree?". Cuando escuchó ello, Isaac finalmente levantó la mirada, la observó fijamente y, con una leve sonrisa en su rostro; de hecho, le divertía mucho la evidente expresión de la mujer. Tras escuchar ello, Joe se rio entre dientes y, mirándola fijamente, le dijo: "No se preocupe por eso; ahora, está es su entrevista y debe responder a mis preguntas. Bueno, dígame, ¿qué tan cerca está de él?". De hecho, en ese momento, Zara ya estaba literalmente enfadada con la situación y, tenía muchas ganas de salir de la oficina sin decir nada; sin embargo, no quería ofender al CEO, pues sabía que eso no podría terminar bien. Inclusive, pensó que tal vez ella podría perder el trabajo y, en su condición actual, no podía darse el lujo de que pasara eso. Así que, tratando de respirar hondo para reprimir su ira, ella respondió con indiferencia: "No soy cercana al sr. Cooper. De hecho, fue en mi último año en la universidad, cuando se estableció esta empresa; así que, él pidió a todos sus amigos y a algunos subalternos, que se unieran a su empresa. La mayoría de los empleados de esta empresa son sus compañeros de clase o subalternos suyos y, por supuesto, yo soy una de ellas. Y, con respecto a lo otro, no sé por qué me eligió a mí". Cuando escuchó ello, Joe esbozó una sonrisa significativa y, le dijo: "De hecho, es una persona muy sincera, señorita Morris; así que, está seleccionada para este puesto". "¿Qué?", exclamó Zara con gran asombro, pues no entendía claramente que era lo qué estaba pasando.  "Me escuchaste bien, te ganaste este puesto; De hecho, cuando hice la misma pregunta a otros candidatos, todos dijeron que tenían muy buenas conexiones con el sr. Cooper e intentaron impresionar al sr. White demostrando ello; sin embargo, tú eres la única que no consideró decir ello. Incluso no dudaste en mostrar tu insatisfacción y enojo frente a nuestro CEO; así que, estoy muy feliz con usted, señorita Morris. Bueno, ahora la dejaré un momento, el sr. White le asignará sus funciones", explicó el hombre inmediatamente.  Tras escuchar ello, Joe se levantó de su asiento y salió dejando a Zara sola con el señor White. Mientras tanto, Isaac, quien la estuvo observando todo el tiempo, ahora se sentía mucho más impresionado con ella; incluso, con una sonrisa en el rostro, le preguntó tímidamente: "¿Te acuerdas de mí?". Al oír ello, Zara lo quedó mirando estupefacta y, de hecho, no podía negar que lo encontraba bastante familiar; sin embargo, aún no recordaba dónde lo había visto. Por ello, negando lentamente con la cabeza lentamente, le respondió: "No, lo siento. No te conozco". Después de oírla, Isaac se rio tímidamente y miró cuidadosamente hacia abajo; luego, mirándola de nuevo a los ojos, le dijo: "Recuerda el incidente de hace ocho años. Salvaste a un joven que se estaba ahogando en el mar".  Cuando escuchó ello, Zara quedó realmente sorprendida y, solo entonces se dio cuenta de por qué le resultaba tan familiar; de hecho, todo era porque ella lo salvó. A decir verdad, hace ocho años, ella fue a la playa con su padre y, mientras su padre estaba ocupado atendiendo una llamada, ella empezó a jugar en el agua; sin embargo, al darse cuenta que un hombre estaba ahogándose no muy lejos de ella, Zara nadó hacia él y lo sacó inmediatamente del agua. Pero, como el hombre no estaba respirando y, debido a que ella había aprendido a brindar primeros auxilios, Zara le comenzó a realizar RCP junto con reanimación boca a boca; luego, después de un rato, Isaac por fin recuperó sus sentidos y Zara suspiró aliviada. Para entonces, sus amigos llegaron corriendo allí, y ella se fue a toda prisa junto a su padre, pues temía que él la regañara si se enteraba de lo que había hecho; sobre todo, porque ella también podría haberse ahogado junto con el hombre en las olas salvajes del mar. Después de que recordó esa escena, Zara le preguntó muy sorprendida: "Tú… tú eres ese hombre. Siento no haber podido reconocerte". "Está bien, tampoco esperaba verte así. Si no me hubieras salvado en ese entonces, nunca me habría convertido en un CEO; así que, te debo mucho", dijo Isaac, con una sonrisa de oreja a oreja. "Yo...", empezó a decir Zara; sin embargo, en ese momento no sabía claramente que decirle, es más, ni siquiera encontraba las palabras adecuadas para hacerlo. "Si hay algo en que necesites mi ayuda, no dude en decirme. Tú me diste esta nueva vida; así que estaré feliz de ayudarte", agregó inmediatamente el hombre frente a ella. Mientras tanto, Zara solo lo miró fijamente y, de hecho, pudo ver la sinceridad en su mirada; luego, como no sabía exactamente qué decirle, le sonrió amigablemente. A decir verdad, cuando vio su dulce sonrisa, el corazón de Isaac no pudo evitar latir con fuerza y, aunque, principalmente vino a la ciudad de Bey para buscarla; la verdad es que no esperaba que ella aparecería frente a él ni bien llegara a la ciudad, esa era una completa felicidad.   Por su parte, después de asignarle el trabajo como su secretaría, ella salió de la oficina; mientras que, el hombre reanudó la revisión de los archivos junto con Joe. Al final del día, Zara se arremangó ligeramente la blusa y salió de la oficina a toda prisa; sin embargo, justo cuando dirigía a la parada del autobús, un Mercedes negro se detuvo muy cerca de ella. Al principio, ella se asustó un poco de eso; pero, después de que bajaran el vidrio de la ventana, ella vio un rostro familiar, que le sonrió amigablemente y le dijo: "Zara, vamos. Te dejaré en tu casa". "No, está bien. Mi apartamento no está muy lejos de aquí; así que, iré en autobús", dijo Zara, quien se negó inmediatamente. Sin embargo, Isaac no le tomó importancia a sus palabras y, volvió a insistir: "Por favor, déjame llevarte a casa".  Tras ver su mirada implorante, Zara no pudo negarse más y, con su dulce voz, le respondió: "Bueno, está bien".  Mientras tanto, al ver que estaba de acuerdo, él bajó del auto, hizo que ella ingresara y se sentó cómodamente a su lado.  A decir verdad, Isaac no podía ocultar la felicidad que sentí; así que, con una sonrisa en el rostro, le dijo: "Por favor, no me trates como tu jefe, trátame como a un amigo. Y, un amigo puede llevar a otro amigo a casa, ¿no es así?". "¿No sé qué decirle?", dijo la mujer, quien solo sonrió torpemente; de hecho, después de notar la actitud fría y despiadada de Nicholas, ella pensó que todos los directores eran así y, nunca esperó que alguien en una posición tan alta fuera tan amigable.  "Sabes, yo siempre trato a mis subordinados como mis amigos, especialmente a aquellos que están directamente asociados conmigo; por ejemplo, Joe, él es más mi amigo que mi asistente. Ahora, tú eres mi secretaria; así que seré más feliz si piensas en mí como tu amigo en lugar de tu jefe", explicó el hombre inmediatamente.  Por su parte, tras escucharlo, Zara asintió y le respondió: "Bueno, está bien, lo intentaré". "Bien", dijo el hombre; luego, tras unos minutos de vacilación, Isaac la miró con total curiosidad y, cruzando los dedos, le preguntó: "Uh... ¿Estás libre este fin de semana?".  En realidad, Zara no supo qué responder inmediatamente y, solo después de unos minutos, ella lo miró a los ojos y le contestó: "Um, no estoy ocupada, pero prefiero quedarme en casa con mi familia los fines de semana". "Entiendo", dijo el hombre, quien estaba un poco nervioso; luego, tras pensar unos segundos, le volvió a decir: "La verdad es que voy a asistir a un banquete este fin de semana y necesito una acompañante femenina. Como sabes, soy nuevo en la ciudad, no conozco a nadie aquí; así que, ¿podrías ser mi pareja esta vez?".  Tenía la garganta seca y tragó saliva. En realidad, el hombre estaba realmente ansioso por escuchar su respuesta; mientras que, tras pensar por un momento, Zara respondió: "Está bien, yo lo acompañaré". Tras oír su aceptación, Isaac estaba realmente muy contento; sin embargo, tuvo que ocultar su emoción y solo sonrió ligeramente. Mientras tanto, quince minutos después, Zara le pidió cortésmente al conductor que detuviera el auto frente a su apartamento. Al ver en donde se detuvieron, Isaac miró el viejo edificio de varios pisos y le preguntó: "¿Vives aquí?". "Sí. Gracias por traerme a casa. Adiós, sr. White", se despidió amablemente la mujer; luego, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, el hombre le dijo: "Zara, llámame Isaac". Al escuchar ello, Zara sonrió amablemente y, le dijo: "Está bien, Isaac. Nos vemos mañana". Tras oírla decir ello, Isaac sonrió y asintió delicadamente con la cabeza. Después de eso, Zara salió del coche y entró rápidamente a su apartamento; mientras que, Isaac siguió mirándola hasta que estuvo fuera de su línea de visión. Por otro lado, en la sala privada de un club de lujo, tres apuestos jóvenes charlaban y bebían alegremente entre ellos.  Luego, el hombre de cabello castaño oscuro, exclamó felizmente: "Oh, hombre… estoy muy feliz por ti. Todavía recuerdo cómo solías mirar la foto en tu teléfono". Otro hombre, extremadamente guapo y con su voz profunda y fría, le dijo: "Lo que lamentamos es que nunca nos mostraste esa foto". "No te preocupes, la llevaré al banquete este fin de semana", respondió Isaac, quien sonrió tímidamente, pero llenó de emoción. "Nicholas, míralo...Está todo sonrojado", se burló el hombre de cabello castaño, quien no podía para de reír por la actitud de Isaac. "Basta, Noah. Te mataré si sigues molestándome", dijo furiosamente Isaac, quien le tiró juguetonamente un puñetazo en su brazo. Luego de ello, escondiéndose rápidamente detrás de Nicholas, Noah exclamó: "Nicholas, sálvame. Isaac se ha vuelto loco". "Tú…", empezó a decir Isaac, mientras se puso de pie y se acercaba lentamente hacia Noah para golpearlo de nuevo; sin embargo, interceptando la pelea, Nicholas le dijo: "Está bien, cálmate. Todavía están peleando como niños en la escuela". Solo entonces, Isaac se sentó en el sofá, miró a Noah de reojo y, sin tomarle mayor importancia, arregló su traje gris ligeramente arrugado. Luego, Nicholas tiró de su brazo y sacando a Noah de ahí, le dijo: "Y tú, Noah, deja de molestar a Isaac. Es bueno que la encuentre después de tantos años; ya que nosotros fuimos testigos de su amor en secreto por esa chica desconocida que le salvó la vida hace ocho años". Por su parte, Noah gimió seriamente y le dijo: "Oh, ustedes dos son tan aburridos. Solo quería divertirme un poco; de todos modos, mejor voy a salir".  Luego, de ello, Noah abrió la puerta y salió de la habitación privada; mientras que, al verlo un poco ansioso, Isaac preguntó:  "¿Está enojado?". "Nah… Seguro, él va a buscar mujeres. No te preocupes por él y disfrutemos nuestras bebidas", respondió Nicholas, sin tomarle mayor importancia a la actitud de su amigo. Luego, cogieron las copas de vino y brindaron alegremente; mientras que, tras tomar un sorbo de su copa, Isaac preguntó: "Um… ¿Qué pasó con Sasha? ¿La encontraste?". "No", dijo Nicholas inmediatamente; luego, exhaló profundamente, se recostó en el sofá y, con una mirada realmente triste, le mencionó: "Ella no quiere volver a verme y, además, me culpa por el accidente".

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