Capítulo 59
Asentí: —Sí.
—Tu currículum es excelente y encaja perfectamente con los requisitos de la empresa. Vuelve a casa y espera la notificación.
Me levanté, dispuesta a marcharme, cuando el hombre sentado en el puesto principal me detuvo: —Espera un momento.
En la placa frente a él podía leerse: [Federico, jefe de Recursos Humanos.]
Me giré y asentí levemente: —¿Pasa algo más?
Federico hizo un gesto con la mano: —Tus condiciones no encajan. No hace falta que esperes la notificación. Ve a otra empresa; este puesto no es para ti.
Lo miré con sorpresa, al igual que los otros dos entrevistadores.
En las entrevistas, lo habitual no era rechazar de forma directa en el momento, sino recopilar toda la información y hacer una selección final.
La actitud de Federico resultaba, como mínimo, sospechosa.
La mujer sentada a su lado bajó la voz: —Esto no está bien. El presidente Pablo dijo que este puesto debía entregarse a él para que fuera él quien decidiera a quién contratar.
Al escuchar aquello, me qued

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