Capítulo 35
Cuando Lucía comenzaba a sentirse un poco más tranquila, Manuel regresó.
Esta vez su actitud fue muy clara. —Señor Hugo, lo siento mucho, pero este cupo había sido asignado con anterioridad y ya está completamente arreglado. No es conveniente modificarlo a última hora.
Al ver que la expresión de Hugo se enfriaba, añadió enseguida palabras conciliadoras: —Pero no se preocupe, haremos todo lo posible por el lado de la madre de la señorita Lucía. Si la señorita Lucía no se siente segura, también puedo ayudar a contactar un hospital más prestigioso.
Al desvanecerse su última esperanza, la luz en los ojos de Lucía se apagó.
—Lucía, sal un momento. —La llamó Hugo.
Lucía se marchó aturdida.
—Director Manuel, dígame la verdad: ¿qué condición debe cumplirse para que Sara pueda ser operada?
Hugo lo miró fijamente, con una mirada profunda. —Ponga usted la condición.
—El señor Hugo me malinterpreta, de verdad no puedo ayudar en esto.
Hugo lo entendió de inmediato y preguntó sin rodeos: —¿Podría de

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