Capítulo 17

—¿Qué has dicho? La voz de Alejandro se alzó de golpe; una negrura le nubló la vista y tuvo que aferrarse al marco de la puerta para estabilizar su cuerpo tambaleante. Carlos se levantó bruscamente, derribando el taburete del tocador; en ese instante, su corazón casi dejó de latir. El asistente se apresuró a explicar: —Hemos averiguado que la señorita María se encuentra actualmente en la región de Castoria, pero acaba de llegar la noticia de que un grupo de Médicos Sin Fronteras que acababa de entrar en la zona de guerra fue brutalmente asesinado. Entre ellos había dos mujeres de nuestro país. —La identidad aún no ha sido confirmada por completo, pero las características coinciden en gran medida. —¡Imposible! Las uñas de Alejandro se incrustaron con fuerza en el marco de la puerta; las palabras le salieron casi a través de los dientes apretados. —María no puede estar en peligro. ¡Ahora mismo voy a buscarla! Carlos vaciló un instante, pero enseguida pasó junto a Alejandro y corrió escal