Capítulo 107

¿Por qué ser infiel? ¿Por qué amar a Julia? Miles de palabras se atascaron en su garganta, pero al final se convirtieron en dos simples sílabas: ¿por qué? Sebastián le pidió su ubicación y ella, sin pensarlo demasiado, se la envió. Lo que no imaginó fue que, veinte minutos después, Sebastián aparecería frente a ella, jadeando. —¿Por qué has venido? —preguntó Andrea, sorprendida. Entusiasmado, el hombre la abrazó con fuerza. Andrea se quedó inmóvil. En esa escena, por muy despistada que fuera, finalmente comprendió que algo no estaba bien. —Sebastián, ¿tú... estás enamorado de mí? —Andrea dudó un momento, pero al final lo preguntó en voz baja. Sintió cómo los brazos del hombre se tensaban de inmediato, los músculos se endurecían. Andrea se quedó sin palabras. Demasiado precipitado. Demasiado absurdo. ¿Acaso no eran buenos compañeros de trabajo? En el trabajo eran socios, y fuera de él, amigos. Andrea pensaba que esa era su relación. —Lo siento. —Sebastián la soltó. —Fui demasiado impuls