Capítulo 33

Salvador siempre estaría de su lado. Mientras Andrea fingiera no saber nada, Julia tendría que seguir actuando. El problema tenía que ser señalado primero por Andrea. Necesitaba que Andrea se enojara, que enloqueciera, para una tercera persona, cuanto más irracional se comportara Andrea, mejor. De esa manera, Julia podría representar mejor el papel de víctima y conquistar de una vez el corazón de Salvador. Ante la pregunta de Carmen, Julia respondió entre dientes, con furia contenida: —Por supuesto. ¡Carmen, espérame! Cuando tenga éxito y me convierta en la señora de la familia Vargas, ¡tu tal Grupo Sombra Roja va a caer en bancarrota! Andrea se sentó de nuevo en su silla y comenzó a cenar con elegancia. A su lado, Carmen sonrió burlonamente hacia las dos y también se sentó, ya sin prestarles atención. Salvador se daba cuenta de que cada vez entendía menos a su esposa. Sí, admitía que le había fallado en este asunto, pero a quien más había perjudicado era a Julia. Jamás podría olvidar