Capítulo 47
Andrea tropezó y estuvo a punto de perder el equilibrio, pero el hombre la sostuvo a tiempo con la mano.
Andrea siguió con la mirada desde su muñeca hacia arriba.
Solo vio que la mano que le sostenía suavemente el brazo dejaba al descubierto una muñeca delgada, con huesos finos y nudillos definidos, dedos largos y elegantes. Una mano realmente hermosa.
Su mente se nubló un instante. Al alzar más la vista...
¡Era el mismo tipo que le había prestado la sombrilla aquel día!
¡Era Sebastián!
Aunque ya lo había visto una vez, Andrea no pudo evitar que el corazón le diera un pequeño brinco al volver a encontrarlo.
¿Cómo podía existir un rostro tan perfecto e impecable en este mundo? Era imposible encontrarle un solo defecto.
Era un papacito de pies a cabeza con unos labios y una sonrisa que recordaban a los pétalos de una flor acariciados por la brisa primaveral. Para colmo, sus pestañas eran tan espesas que, al bajar la mirada, proyectaban pequeñas sombras bajo los párpados.
Daba una sensaci

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil