Capítulo 25
—Elena, alguien quiere verte.
Elena había pasado varios días en la cárcel y había adelgazado notablemente.
Tenía el rostro y el cuerpo llenos de moretones azules y morados.
Enseguida Elena se levantó entumecida y fue llevada por el guardia hacia la sala de visitas.
En el momento en que vio a Eugenio, se asustó tanto que quedó paralizada y se aferró con fuerza a la mano del guardia.
—Por favor, te lo ruego, no quiero verlo, quiero regresar.
Sin embargo, el guardia impaciente soltó su mano: —Ya firmó la carta de consentimiento. Yo me encargaré de los respectivos trámites y usted puede llevársela.
Eugenio aceptó.
Al escuchar las palabras del guardia, Elena pensó que Eugenio había cambiado de opinión, y de inmediato se aferró a la ropa de Eugenio.
—Eugenio, yo sabía que vendrías a salvarme.
—Eugenio, sácame de aquí rápido, no soporto ni un día más en este horrible lugar.
Elena era una señorita de familia noble que había vivido en abundancia y jamás había sufrido de esa manera.
Después de p

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda