Capítulo 48
—No me siento tranquilo con Carlitos, déjame venir a verlo. —Diego habló con una voz suave, luego se levantó, su alta y recta figura imponiendo una impetuosa presencia, esos ojos profundos miraron a Silvia por un momento antes de continuar: —Cierra bien puertas y ventanas, estaré ahí enseguida.
—Puedes venir rápido... —Elena comenzó a decir, pero de repente un trueno retumbó afuera, y ella gritó desesperada: —¡Ah!
En ese momento, mientras Elena gritaba, Silvia también estaba demasiado asustada.
Diego lo notó, pero no dijo nada, en cambio, calmó a Elena, que fingía estar asustada al teléfono, hasta que se tranquilizó un poco antes de colgar.
Al irse, vio que Silvia estaba tensa y casualmente le sugirió: —Si tienes miedo, ponte los auriculares.
—No necesito que te preocupes por mí. —Silvia reprimió su miedo: —Vuelve mejor con tu señora Pérez, no te quedes aquí estorbando.
Justo cuando terminó de hablar, otro fuerte trueno resonó.
Silvia no mostró ninguna emoción.
Diego no se quedó por má

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.