Capítulo 35 Desmayo Repentino

¿Diego se ha enamorado de mí? Eso era algo que realmente ni siquiera se atrevía a imaginar, a menos que Marte chocara contra la Tierra. —Ahora solo quiero ganar dinero, no estoy pensando en nada más. —¡Ay! —Suspiró Sara largamente—. Si supieras aprovechar esa cara, ¡qué bueno sería para mí! Rosa se rio por su comentario. Mientras hablaban en el software, alguien llamado Elisa le envió un mensaje. [Hola, señorita Rosa, el jefe Diego me pidió que me pusiera en contacto contigo. Este es mi número de teléfono 65xxxxxxxxx. Si te parece, podemos intercambiar información de contacto]. Ella respondió rápidamente con su propio número, sintiéndose secretamente emocionada. Sara la miró así confundida; originalmente quería decirle unas palabras más sobre su novio, pero luego pensó que era mejor no hacerlo. La situación de la madre de Rosa era realmente difícil de aceptar para muchos hombres. No es que fueran insensibles, sino que esto equivalía a un pozo sin fondo: cuándo podría curarse y cuánto c